jueves, 6 de febrero de 2014

Haiku desaforado



Estás ahora aquí o allá,
siendo acribillada por impresiones
o consustanciada en el amor
que sostiene esta lluvia,
que es el llanto conmovido
de un espacio superior,
de un animal que nos requiere atención,
de palabras que quedan suspendidas en el aire
sin acertar significado
porque solo nos puede resolver un metalenguaje
sin pretensiones por lo íntimo.
Verte, tocarte, oírte, olerte, saborearte,
todos caminos idénticos que conducen a vos
atravesando un bosque de sensaciones perfectas/exquisitas
bajo un cielo que no deja de llorar de emoción.
No se desperdicia el oro que cae de tus manos
porque su fuente es infinita.
Ya no hay modo de ofender a los dioses,
de concebir en pecado,
porque en todo caso éste es el error más hermoso
que se haya cometido jamás,
y nada malo puede devenir de lo bello,
nada malo puede haber en tu mirada de mujer enamorada.
Riéndote de arcaísmos inventás un neologismo con igual diversión,
“te amorón”, me decís, cristalina, por precisar significado,
así es, “nos amaronamos”.
Sos cronista bajo el bombardeo de impresiones allá afuera,
y sabés que nadie pierde un tren,
que nadie pierde una terapia,
que somos inocentes atribulados por las impresiones
en busca de la felicidad, de un destino mejor.
Lo más conmovedor es verte lograrlo, asistir a eso,
y que me convides de tu propio plato, generosa,
imparable, inclaudicable a pesar de mis desaciertos
porque tengo todo lo que necesitás,
porque tenés todo lo que más ansío.
Porque quiero irme lejos con vos
y quedarme con vos adonde sea que estés.
Te quiero en mis espacios cotidianos,
en el mar, en el cielo y en el campo,
te amo aún en el desierto.
Ya nada me distrae de vos
y no sos la monalisa,
sos el mundo que hay detrás de ella.

Etiquetas: