lunes, 20 de mayo de 2013

Último diario de viaje

Ciertas cosas cambiaron para siempre
en un mundo enrarecido,
la humanidad yendo hacia un lugar
que no me interesa.
Yo no sé más que derribar árboles
a cabezazos,
lo quiero todo o no quiero nada
como un chico caprichoso
y no sé ser de otra manera,
nunca voy a saber.
Prefiero vaciarme, ser una cosa,
ser un fantasma,
prefiero ir a darle leche al gato
en este mundo de instalaciones inconexas.
Ya no podrás decir que nunca nadie te amó
hasta el absurdo de por una noticia falsa
ir a patear el obelisco;
yo lo hubiera derribado ladrillo a ladrillo
por vos.

Fue hermoso aquel mundo mientras duró,
buscar tu voz entre todas las voces,
cocinar para vos,
buscar la señal en tu excitación
que dijera por dónde íbamos,
descubrirte en tus trazos mínimos.

Ojalá yo no hubiera sido tan flaco,
ojalá hubiera tenido otro número de CUIL,
ojalá tuviera un lado yin menos desarrollado
y mi padre me hubiera pagado
un curso de astrología.

Ojalá nunca te hubieran gustado estos poemas.

Etiquetas:

0 comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio