sábado, 20 de abril de 2013

Diario de viaje 7

No concibo una felicidad lejos de vos,
así que así
me quedaré siendo en los bordes
de lo que a nadie le interesa,
poco importándome a mí mismo
en lo que siga vivo.
Luego la paz, luego la calma.
Siempre es difícil volver a casa,
sobre todo si naciste en ninguna parte.
Divino tesoro aquellos que tienen adonde ir
todavía.
Sé que hablo lenguas extrañas,
sé que sin amor nada soy,
sé que están todos muy ocupados,
dispensen;
dirán que me amargué aquellos
que nunca entendieron el chiste,
que no se atreverían a enfrentarse al hado bromista
cara a cara,
que no disfrutaron de un par de piernas bonitas
sin desearlas,
porque nunca nadie quiere abandonar el lugar donde está,
porque cada viaje implica una desaparición,
un "no está", un "se fue",
"se fue sin decir adiós", incluso;
lo mejor de mí se queda conmigo,
no lo dejo en ninguna parte,
porque yo también soy esa ausencia que completa tu paisaje.

Este es un poema reversible:
El mundo no será igual cuando yo no esté.

Etiquetas:

0 comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio