jueves, 4 de abril de 2013

Díscola coralina

Tiempo, tiempos y mitad de un tiempo:
tres días consecutivos y perfectos
en la santidad de penetrarnos mutuamente
en el aire y en la tierra;
como los niños, que nunca temen a lo que vendrá
porque careciendo de pasado
no es posible que el futuro pueda arruinarse.
Los niños viven sin para qué
y yo solo quiero estar con vos sin motivos.
Mi cuerpo te extraña en todos los sentidos
y el tuyo me devuelve a tu edad
de niña que juega con la inocencia
de la desnudez y del olvido;
y a mí me parece mágico
y a vos de lo más natural del mundo
desnudarse, iluminar, abrir puertas
y cantar.
Después es esperar el milagro
o dejar que la realidad siga su curso,
qué más da.

02/04/13

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