La última tentación de Cristo
Estoy cansado de oírte decir
que viendo no te ven y oyendo no te escuchan;
y estoy cansado de verte subir
en compañía y enajenado.
Si ella secó tus pies con sus cabellos,
¿por qué no hacer un nuevo pacto?,
si resististe a la tentación
de que fuera tuyo todo lo que se ve desde la cima del Tibidabo;
si puedes andar sobre la mar,
si puedes nutrir de vino en las bodas;
si nunca te negaré,
si por mí no cantará el gallo,
si estoy condenado al dolor
si jamás seré tu discípulo más amado;
si el mundo va a odiarme
al justo precio de treinta denarios;
si mi alma no va a descansar,
si hoy debo llevar mi mano a tu plato.
Ay, padre.
¿por qué me has abandonado?.
que viendo no te ven y oyendo no te escuchan;
y estoy cansado de verte subir
en compañía y enajenado.
Si ella secó tus pies con sus cabellos,
¿por qué no hacer un nuevo pacto?,
si resististe a la tentación
de que fuera tuyo todo lo que se ve desde la cima del Tibidabo;
si puedes andar sobre la mar,
si puedes nutrir de vino en las bodas;
si nunca te negaré,
si por mí no cantará el gallo,
si estoy condenado al dolor
si jamás seré tu discípulo más amado;
si el mundo va a odiarme
al justo precio de treinta denarios;
si mi alma no va a descansar,
si hoy debo llevar mi mano a tu plato.
Ay, padre.
¿por qué me has abandonado?.
Etiquetas: Religiosísirijillos.
0 comentarios:
Publicar un comentario
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio