martes, 5 de febrero de 2013

Me adivina la intención



Me adivina la intención
y me cumple los deseos,
¿Quién puede saber lo que es,
lo que significa
el laberinto en el centro
de la sonrisa de Monalisa?
La realidad es el reflejo
de un paisaje desdibujado
a través de la ventanilla
de un tren
que pasa a toda velocidad.
No son más reales los planetas
dibujados en mi carta astral
que la aureola que deja
la base de la taza de café
sobre el papel terso,
tan terso, se me antoja,
como tu piel,
que huele a tarde de lluvia.
¿Qué será de los fantasmas
cuando el arribo
del fin del mundo?,
¿De qué viven los fantasmas
en un pueblo abandonado de humanos?,
¿Qué comen?
¿De qué hablan las ciudades
entre sí,
por sobre la desatención
de sus habitantes?
¿Qué hacemos tan lejos, tan cerca,
hablando mutaciones diferentes
de alguna lengua muerta,
eslabones de causas perdidas
hasta en la distancia
y diferencia
de relojes y de tiempos?
Te encontré
y encontré tu universo
en una rendija,
en un intersticio,
adonde no llegaban
las atenciones.

(la realidad es sencilla, mi amor, no tus versos)

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