Antifeudalismo

A las princesas enamoradas
de caballeros andantes
y a los caballeros andantes
los devora la peste negra
que tanto aman,
en las cruzadas palaciegas
que tan románticas les resultan;
la sangre caliente del dragón subversivo
ahoga la comarca;
nunca se sabrá de tanto oscurantismo.
El bufón se sienta en el trono del rey
y ve pasar a la corte de los milagros
en la toma del castillo.
Las hadas y los elfos
celebran su orgía en los bosques.
Los campesinos alzan sus horquillas
al cielo
("revolución, revolución,
gritaban las furiosas bestias");
los idus de marzo
se llevarán la historia a otra parte
y perplejos
los oráculos
rebajarán la baraja
a un simple juego de naipes
en la taberna
donde los poetas ya celebran
con el vino mejor
el derrocamiento de tanto feudalismo concentrado
y el triunfo de los sarracenos.

Por un mundo en que no existan
los superficiales.