El jazz y la furia
El jazz y la furia conjugan
cuando no coordinan - por perimidos -
los viejos estándares ya oxidados
de aquello que alguna vez sostuvo
la pretensión de patria,
la pretensión de aqua velva sobre la piel,
aun cuando siempre estuvimos bajo la lluvia.
El jazz es el único modo de soportar
tener que viajar en subterráneos;
de otro modo seríamos azules como morlocs,
autómatas como golems sin cábala,
metálicos como el mercurio.
Yo solo quería darte a probar crepes de frambuesa,
mientras sostenía tu paraguas.
Yo solo hubiera querido hacer una canción
con las campanillas que penden
de los terminales de tu cabello.
No corramos el riesgo del turista,
que se pierde en la calle roja
de atrás del zoológico;
escapemos de las torres
ocupemos las catedrales
y destronemos a los obispos;
pondremos nuestros trapos a secar,
colgando de las narices de las gárgolas
bajo un sol amarillo
brillante como los niños que oyen caracolas marinas
en las plazas
y remontan sus sueños
y hacen acrobacia en los cables de teléfono,
de cara al vacío.
Charlie Chaplin será el único policía
que vele por nuestra seguridad,
así nos irá,
así los transatlánticos surcarán la avenida
y las jirafas migrarán
de una escuela a otra.
La única manera que conozco
de postular a la poesía
es haciéndola.
cuando no coordinan - por perimidos -
los viejos estándares ya oxidados
de aquello que alguna vez sostuvo
la pretensión de patria,
la pretensión de aqua velva sobre la piel,
aun cuando siempre estuvimos bajo la lluvia.
El jazz es el único modo de soportar
tener que viajar en subterráneos;
de otro modo seríamos azules como morlocs,
autómatas como golems sin cábala,
metálicos como el mercurio.
Yo solo quería darte a probar crepes de frambuesa,
mientras sostenía tu paraguas.
Yo solo hubiera querido hacer una canción
con las campanillas que penden
de los terminales de tu cabello.
No corramos el riesgo del turista,
que se pierde en la calle roja
de atrás del zoológico;
escapemos de las torres
ocupemos las catedrales
y destronemos a los obispos;
pondremos nuestros trapos a secar,
colgando de las narices de las gárgolas
bajo un sol amarillo
brillante como los niños que oyen caracolas marinas
en las plazas
y remontan sus sueños
y hacen acrobacia en los cables de teléfono,
de cara al vacío.
Charlie Chaplin será el único policía
que vele por nuestra seguridad,
así nos irá,
así los transatlánticos surcarán la avenida
y las jirafas migrarán
de una escuela a otra.
La única manera que conozco
de postular a la poesía
es haciéndola.
Etiquetas: Reflexivos?
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