Anti-cambalache
Era que el nuevo milenio nos encontraría
unidos o dominados,
éramos el granero del mundo
y terminamos siendo el lobby de un mercado;
saltando en una plaza por no ser sajones de prestado,
conjurando un crisol de razas
haciendo guiso del estofado;
desfilando los martillos, marcando el paso de ganso,
el fontanero vendió poesía
y el poeta se fue a vivir a los caños;
ahora todas tus medallas son chatarra
o juguetes para niños sin su día.
Escribiendo con el codo
lo que borraste con la mano,
proclamando venganzas sin vergüenzas
de evangelista desaforado,
cantando todos en fila, derecho al cadalso;
la foto de tu hijo en un llavero,
la de Maradona en el relicario;
¿por quién doblan las campanas?,
por quienes corren es el silbato,
con alma de policía
los bomberos de la vida
intentan apagar este incendio.
Un subterráneo que una a Nueva York y Buenos Aires,
ir a Japón haciendo escala en la estratósfera;
anticultura de la antifalta antiortográfica,
anticultura de escritores que desdeñan pensar,
los que no saben escribir y desprecian filosofar;
es como comer pollo con las manos, te dicen,
la biblia y el calefón.
unidos o dominados,
éramos el granero del mundo
y terminamos siendo el lobby de un mercado;
saltando en una plaza por no ser sajones de prestado,
conjurando un crisol de razas
haciendo guiso del estofado;
desfilando los martillos, marcando el paso de ganso,
el fontanero vendió poesía
y el poeta se fue a vivir a los caños;
ahora todas tus medallas son chatarra
o juguetes para niños sin su día.
Escribiendo con el codo
lo que borraste con la mano,
proclamando venganzas sin vergüenzas
de evangelista desaforado,
cantando todos en fila, derecho al cadalso;
la foto de tu hijo en un llavero,
la de Maradona en el relicario;
¿por quién doblan las campanas?,
por quienes corren es el silbato,
con alma de policía
los bomberos de la vida
intentan apagar este incendio.
Un subterráneo que una a Nueva York y Buenos Aires,
ir a Japón haciendo escala en la estratósfera;
anticultura de la antifalta antiortográfica,
anticultura de escritores que desdeñan pensar,
los que no saben escribir y desprecian filosofar;
es como comer pollo con las manos, te dicen,
la biblia y el calefón.
Etiquetas: Folklóricos
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