martes, 5 de febrero de 2013

Protecciones



Como holandés errante,
encierro tu corazón
de muñeca rusa
en mi mágica caja china,
y pongo cara de mariachi
si vas a comprar el pan
a alguna pastiserie
de Montmartre (voilà!)
no sin antes encerrarte
en mi círculo de tiza
como a chica yetzida,
pero no te aflijas,
que no hay más mundo
fuera de mi círculo.
Luego tú también
podrás encerrarme
en tu círculo de fuego,
toda vez sea presa
de un ataque de abstinencia.
Abstinencia, absenta que se ausenta.
Seis Saxos Sexos
(parodiando a Henry Miller, que no hace falta más).
Yo te conjuro y te exorcizo
mascarón de proa,
porque solo yo sé tu norte;
te veré en cada entierro
llorar el precio de estar vivo
e hipotecar tu casa por tener
lo que nunca nadie jamás
te podrá vender;
serás mi siervo
hasta que me canse.

Etiquetas:

0 comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio