martes, 5 de febrero de 2013

El hombre invisible



El hombre invisible odia a todo el mundo
porque nadie puede saber que él existe.
Para que puedan leer sus poemas invisibles
los escribe con tinta dorada, que brilla
y enceguece las miradas,
con los que embauca a los tontos de siempre.
Y quiere ser famoso
pero no puede ser más que anónimo.
El hombre invisible se enoja
con los niños que le dibujan
anteojos, bigotes y cuernos.
El hombre invisible ama a la mujer invisible,
pero como no sabe dónde está,
es lo mismo que hacerse una paja.

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