martes, 5 de febrero de 2013

Frankenstein



No puedo evitar hacer juicios
sobre todos y todas las cosas;
no puedo evitar compararme,
porque si no, no sé dónde estoy.
Sé quién soy,
soy lo que escribo,
ahí está todo, incluso lo que fui.
Así funciono,
así me hicieron,
como a un monstruo de Frankenstein,
cuyo corazón es lo único original,
lo único que me pertenece
como ser primordial,
como él primer hombre
que a mí me toca ser.
Me he ido a vivir, aislado,
a los bosques.
Pero tus avances,
detenciones y regresos
me dicen dónde estoy,
cada vez que retomo el camino.
Lo siento, soy un monstruo,
he nacido para herirte.
Solo, malo; amigo, bueno...
Me enorgullezco de mis pedazos,
aunque algún día deberé devolver
cada una de estas partes
a sus legítimos dueños,
los muertos.

Ella es mi descanso.
Porque para ella
no tengo comparación.

Etiquetas:

0 comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio